Nostalgia - 50x50 cms - óleo sobre tabla - Diana Iniesta



Nacimientos


Cada día nace desnudo, oscuro
y entre silencios,
sin nada que lo habite,
como si cada día fuera el primero
y este mundo tuviera, cada día,
una oportunidad.

Luego, la vida nos amalgama.
Alguien llora, alguien canta,
alguien enciende el fuego
y pone a tostar el pan.

Del vientre de la noche, la luz se hace
a jirones,
y lo ingrávido se vuelve pesado,
lo liviano, sórdido,
lo etéreo, palpable y manipulable
como un deseo de Dios.

Tú me dices que me quieres
y que tenga buen día en el trabajo.
Yo te digo que también.

Entonces la vida nos lleva por sus caminos
y a veces corre junto a una pradera, mientras nos ladra,
y a veces partimos leña en un claro de bosque
en el que alguna vez nos pudimos besar,
a veces bajamos a los campos para atar las gavillas de los sueños
y a veces reparamos alguna cerca o algún mueble roto
desde hace tiempo.

Tú dices, esta ventana necesita más luz
y yo enciendo las brasas del sol
que se había venido abajo por el desaliento.

Ambos elogiamos la lentitud con que las cosas suceden
y si es verano paseamos cogidos de la mano,
si es otoño nos paramos a mirar las grullas,
si es invierno guardamos el calor en su nido de llamas,
y si es primavera nos sentamos a esperar la vida...

Iosu Moracho

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