"Isla IV"
50x50 cms
óleo sobre tabla
Diana Iniesta
Buscando la luz
Pueden traerse cosas de los sueños.
Aquí, a este mundo. Al mundo real…
Son cosas que se caen de los sueños,
o que los sueños transpiran y nos regalan.
Cosas que vienen a parar mansas, como perros fieles,
hasta nuestros pies.
De allí, del suelo de tierra, a veces, las recogemos.
Entonces es como cuando te encuentras una moneda.
Te la echas al bolsillo y los dedos te arden.
Luego, lo que compras con ella, tiene otra magia.
A veces también se caen palabras
de los libros que andamos leyendo,
si los dejamos abiertos por cualquier parte.
Se caen o se evaporan,
y luego uno las va buscando y no sabe donde las ha puesto,
hasta que se le aparecen, de repente,
en los posos de una taza de té,
o en la mirada de una muchacha.
Con el fin de salvarlas del olvido de la desmemoria
conviene apuntarlas, llevarlas con uno en una servilleta
o en un cuaderno de bitácora.
Allí reposan y no se extravían.
Allí, basta con leerlas una vez, para que vuelvan
y se hagan cisne y salgan volando.
Entonces, cuando la vida nos hiere,
uno recuerda esas palabras que nacieron buscando la luz,
como calamares que desde el fondo del mar
se dejan atrapar por los pescadores que prenden candelas,
y esas palabras nos salvan, a veces,
o nos dejan un poso de silencio
que es como la suma de todas las palabras
que habitan nuestros sueños y nuestros libros…
Iosu Moracho
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